Como todes les que se dispongan a poner en papel sus pensamientos, sentimientos y constelaciones varias, he escrito multitud de notas en estos años;
pero por razones de la vida -de nuevo, como todes- muchas de estas notas se han quedado sin conclusió n. Quizá sea mejor así, reflejo del deseo de une joven en búsqueda de significado entre puros fragmentos de imágenes, donde incluso su realidad se caracteriza por una discontinuidad enorme (quien creía que sería hace unos meses no tiene nada que ver con lo que sea que soy ahora, en fin, giros de la vida); normal que mi propia escritura sea este híbrido franco-español con toques anglosajones aquí y allá -pero todo muy disperso, que se retuerce como buscando algo a lo que sostenerse. Para hacerle honor a estos fragmentos que hoy no reflejan nada, utilizaré este formato que en unos días seguramente dejará de tener sentido:
Pedazos entreabiertos, que nos dejan en perpetuo descubrimiento de un tableau que no deja de construirse.
Pedazos que son su propio universo, separados por su propio movimiento, pero que al mismo tiempo se bifurcan, proyectan, destruyen, en definitiva, son parte de un Todo
Que se expresa en diferentes formas, en diferentes pieles:
piel, aquello que delimita tu cuerpo, te divide.
Piel, aquello que te permite sentir, que te conecta con lo otro.
Bajo cadenas de hoja y de lata,
En la negrura de mis viejos zapatos,
Oigo los cables que me miran a ratos.
Por la vida que cae, por la que se queda y la que se nos ocurre, nada es más bello que verla partir sin ningún acorde.
Pero entre los vientos fríos del norte, y las noches muertas bajo la copa de un árbol torcido sobre si mismo, en medio de los dos, yace un pequeño infante quieto como una roca.
Una noche más se baila
El paso apresurado
Los ojos negros
Una noche bien callada
El cielo entreabierto
Y pocos verbos
Sequedad que inbuye mis palabras
Dónde quedaron las grietas y las manchas
La humedad y el aire cargado
De mis pequeño cuarto destartalado
Ah mi refugio almacén de estrellas
Ah mi ventana que absorbe al mundo
Que lo estira todo como un trapo
Y como tal no quedan ya trapos ni estrellas
. . . Y el videojuego no va a ser eterno.
Ah, no, esto no servirá, es demasiado tieso.
Se encesita fricción, se necesita el despliegue de las imágenes en toda la página, verdadero sistema solar, lo que se necesita es la resurrección de los astros y la creación de constelaciones:
Pero no quedan estrellas en este nuestro cielo ¿Puede el poema ser un nuevo cielo,
y la palabra sus astros? Crear la nada, y así, frente a la nada, verse obligado a crearse a si mismo.
-Analogía astral, la conexión divina del humano y lo otro,
imaginación como puente y como fuente.-
Todo lo que escribo y toco, incluso con la mirada, me da asco. Veo una multitud de sujetos, desesperados como tú, en completarse y ser algo.
Mis trapos no dicen nada y mi almacén esta vacío ¡Que no te engañen la palabra bella y el ritmo suave! El humano no es más que un suspiro.
Pero es, y por ser, puede ser otro.
In a dark room a pile of around 60 bodies lies in the center, spinless bodies, melting; on top of all, one body lies on its back, its face turned to the ceiling, the body has a hole in its head, like a bullet hole. Water comes from the top of the ceiling, it falls directly in the hole of the body's head. The water starts pouring out of the body's mouth and it slowly makes its way through the bodies -that after a while resemble a mountain, with its rivers and various erosions, unified- and finally covers the ground. The water stops from time to time, and comes with varied intensity. The water will ultimately reach the spectator, so please wear waterproof boots.